Nos hace mucha ilusión compartir con vosotros el testimonio de uno de nuestros pacientes. Creemos es una buena manera de explicar los objetivos y métodos que utilizamos en Kineos para obtener una mejora en el bienestar general de nuestros pacientes.

«Decidí acudir a la clínica Kineos cuando el dolor se hizo insoportable y no podía hacer un día a día normal. Para entender los diferente motivos que me llevaron a pedir ayuda a un Fisioterapeuta/Kinesiólogo, resumo a continuación mi caso en particular:  padezco de migraña con aura desde los cuatro años, tengo diagnosticadas dos enfermedades autoinmunes, he sufrido dos microinfartos cerebrales además de tener una pequeña hernia cervical y dos protusiones lumbares, que se ven afectadas también por las cicatrices de dos cesáreas.

Mi día empieza a las seis de la mañana, tengo que arreglarme y levantar además de preparar a mis dos hijas de 3 y 4 años para dejarlas en los primeros del cole y llegar al trabajo después de una hora de atasco. Tengo un trabajo de oficina bastante sedentario en el que me paso ocho horas delante de un ordenador, con mucha presión por parte de mis jefes, lo que hace que todas las dolencias que sufro se incrementen sobremanera por el estrés y se acentúen las migrañas además de generarme contracturas.

Al terminar mi jornada laboral me pasa, como a muchas madres y padres cuando llegan a casa, que nos volvemos multitarea.  Mientras preparo la comida del día siguiente, organizo cenas y programo lavadoras para salir corriendo a por las niñas y hacer todo lo que me falta con ellas.  Por lo que cuando termina el día, es hasta difícil pensar en una vida sin dolor, sin cansancio y sin estrés.

Mi vida pegó un giro cuando acudí a un tratamiento de manos de Roberto Ruiz, Fisio en Kineos Mi calidad de vida ha mejorado considerablemente. El sólo hecho de entrar en la clínica y la tranquilidad que se respira, hace que vayas olvidando los problemas por los que acudes e incluso llegas a relativizar lo que te sucede. Los profesionales transmiten una calma y seguridad en todo lo que hacen, que da igual que te trate con kinesiología, osteopatía, imanes o agujas de acupuntura ya que el resultado final es que salgo de allí sin ninguna molestia ni dolor y emocionalmente relajada.

En mi caso, ha conseguido que una etapa de mucho estrés en la que tenía hasta cinco migrañas a la semana (con pérdida de visión, habla y sensibilidad), haya desaparecido siendo constante en acudir a que me trate, pues con el ritmo de vida que llevo, antes iba cuando mi cuerpo me decía basta, y el hecho de ir regularmente ha conseguido que me olvide de mis migrañas y mis contracturas y estrés se mantengan a raya.»

Amelia, 42 años.